Creatividad
Talleres Monográficos de Desarrollo de la Creatividad
Giusseppe Domínguez
Descubrimiento de la realidad como una práctica poética permanente a través de juegos en grupo, posicionamiento como creador y como persona en el entorno social. Exploración del concepto ampliado de arte e investigación en poéticas objetuales, fonéticas, conceptuales, etc.
Contacto: Giusseppe Domínguez | 655 990 413 | poesia@clave53.org
Trabajando independientemente de la técnica, nos adentraremos en las posibilidades expresivas de la pintura, la composición plástica, collages, la intervención en calle, la videocreación, el arte de acción, la fotografía, la música contemporánea y lo que se nos ocurra. Libertad absoluta de formatos para crear sin complejos, para desarrollar y desarrollarnos, para cambiar el mundo a través de la manera en que lo habitamos, lo vemos, lo vivimos...
De todas las maneras de expresarnos posibles, en otros monográficos, nos acercaremos a un lenguaje muy especial: la poesía escénica o el arte de acción, algo a lo que en ocasiones se le puede llamar Performance o aproximaciones a la Poesía Objetual.
Monográfico de Poesía Objetual
Descubrir los objetos que tenemos a nuestro alrededor en lo cotidiano es un proceso rico por el que expandimos nuestra mirada al mundo, descubrimos un mundo que aún no conocemos y que, sin embargo, nos rodea. Toda la realidad está llena de pequeños detalles bellos o, quizás, espantosos, pero en cualquier caso, cargados de poesía, de posibilidades expresivas. En ocasiones, tendemos a movernos en el ámbito de la expresión con aquellas herramientas que creemos manejar, como son las palabras, dejando de lado un infinito abanico de posibilidades en el que, muchas veces, encontraríamos nuestra verdadera fuerza, nuestro medio, aquel en el que no diríamos: si pudiera... sino un medio en el que realmente sentimos poder decir; y tenemos tanto que decir...
Este descubrimiento se quedaría en el ámbito del crecimiento personal, que no es poco, si no se sumara a una exploración de los recursos poéticos de la expresión, la metáfora, la capacidad de entender los objetos en su otredad, es decir, por su carácter evocador, al igual que en la poesía tradicional o verbal son las palabras las que ejercen este papel. Siguiendo las palabras del Conde de Lautreamont, la belleza de la poesía surge "del encuentro fortuito sobre una mesa de disección, de una maquina de coser y un paraguas...".
Las primeras manifestaciones de esta forma de entender la poesía se situarían imbuidas en corrientes como dadá o el surrealismo con su fuerte apreciación del objeto encontrado, de los objetos fetiche, de otro tipo de objetos y sería un recurso reiterado en otros movimientos de las primeras vanguardias y posteriores, pero tiene uno de sus principales exponentes en Joan Brossa (Barcelona 1919-1998) que llevó a últimos extremos su experimentación haciendo palidecer a los que nos aproximamos a este estilo de creación, obligándonos a reconocer el tributo a su obra.
Esta búsqueda de compenetración del arte y la literatura que tuvo en común el artista catalán con otros muchos artistas de la modernidad internacional, desde Marcel Duchamp a Joseph Beuys, es una búsqueda que subyace en el espíritu contaminado y mixto del siglo XXI que perseverará en el proceso de globalización (en el sentido de liquidar fronteras) del arte, aboliendo la diferencia entre géneros artísticos.
En consecuencia, si alguna forma poética tiene una actualidad rabiosa que sirve de expresión casi de manera natural a esta cultura que nos ha tocado vivir, esta cultura apoyada de forma definitiva en la imagen, es la expresión poética basada en la sugerencia objetual, al tiempo que nos mantiene vinculados, a pesar de la virtualidad creciente de nuestro entorno, a lo palpable, a lo matérico, a esa parte de nosotros que aún quiere jugar a lo que jugábamos cuando éramos pequeños, a esa parte de nosotros que desea ser protagonista y no espectador de una pantalla.
Ejercicio para realizar cualquier día: El Objeto-Regalo
Vamos a buscar en los objetos que encontramos en nuestro cotidiano aquel que nos recuerde a algún ser querido. Nos lo llevamos, lo transformamos mínimamente, lo envolvemos y se lo regalamos a esa persona evocada.
Este simple ejercicio abre nuestra mirada porque nos pone a buscar, al mismo tiempo que nos vincula con la parte más emotiva de nuestra relación con el mundo, además de reivindicar el valor de lo cotidiano, tanto en lo objetual como en lo temporal, pues recordamos que cualquier ocasión es un cumpleaños. No dejemos pasar nuestro potencial para despertar la ilusión en todo momento y en todo lugar.